sábado, 24 de noviembre de 2012

El Espíritu de Torquemada





Hace unos días, precisamente cuando escribía la entrada semanal que me auto impuse como obligación al decidir crear este Blog, desayuné acompañado de la noticia que unilateralmente me habían eliminado la suscripción a uno de esos proveedores de servicios de Internet recientemente aterrizado por nuestra querida España, con quién erróneamente había decido contratar. La cosa como es comprensible me cabreó pues todo el tiempo empleado en elaborar la página web de mí novela Anónimo Onanista lo habían tirado por la borda de un tijeretazo y sin contar conmigo.

Sí. Curiosamente cuando solicité vía email una razón justificativa del altercado me encontré en el buzón de mi correo con la siguiente respuesta: Tu página fue censurada y eliminada por no cumplir nuestras condiciones de uso. Básicamente el problema está en el tema de tu página (erotismo). ¡Vaya por Dios! El protagonista de mi relato se descalcita buscando a un espíritu libidinoso entre las páginas del Libro, y yo el autor, sin comerlo ni beberlo, unos cuántos años después entrado ya el siglo XXI, me encuentro con el espíritu de Torquemada, vivito, coleando y rencarnado con aspecto de Rey Midas de la Red de las redes, para inri de las mentes progresistas, venido del norte de Europa.  

Seguramente lo tengo merecido por meter las narices donde no debía, pero como de los errores debemos aprender deseo compartir el mío en esta entrada recomendando a mis colegas que aún no hayan creado su web mantenerse alejados, como proclamaba Eugenio D’Ors i Rovira, de experimentar con algo distinto a la gaseosa  y de recurrir, a los que saben más que nosotros sobre estas cuestiones, en este caso a mi propio hermano cuyo saber hacer aconsejo y agradezco. Dicho sea de paso no considero que el contenido de la página web de mi novela, pasado y presente, pueda calificarse como erótico, y os invito a corroborarlo enlazando aquí, aunque bien es verdad esta misma afirmación no se puede sostener de la primera tríade La Materia del Cuerpo donde tomo una anécdota sexual, realmente escuchada por mis oídos, como pretexto para novelar. Es obvio que confundiendo contenido y continente se puede caer en la ortodoxia de mezclar ovejas, churras con merinas, o como el vulgo contemporáneo ha preferido consolidar, equivocar damas, churras con meninas, creyéndose poseídos por el halito intelectual inmanente del genial pintor sevillano, por cierto, inspirador de la recurrente visión tridimensional de mi estilo narrativo

Este incidente, además de generarme un considerable retraso en las actividades cotidianas, me ha llevado a comprender la importancia de una web como soporte material de la promoción y venta del libro, algo que por evidente muchas veces pasamos por alto quiénes todavía vivimos en las nubes. La proporción de mis conocidos que se desenvuelven con pericia en el fascinante mundo de los eBooks, siendo muy benévolo es de 1 contra 100, por tanto cobran protagonismo de primera plana los enlaces con las plataformas de venta, y la generación de tutoriales como a 3 pasos de comprar un eBook, incorporados en la web de un escritor novel como en mi caso soy. 

Total que al final voy a tener que agradecerle al Gran Inquisidor el haberme cancelado la suscripción, y es que si hubiera de buscar 1, 2, 3, pies al censor, encuentro un único consuelo: se me ha agudizado el ingenio cambiando el punto es por el punto com.


www.anonimo-onanista.com




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